Esta reflexión la hacemos pensando en lo leído en la obra magistral del jurista y profesor René David, clásica del derecho comparado, “Los grandes Sistemas Jurídicos contemporáneos”, en que explica la importancia de no endosar a la ley nacional, un papel protagónico en la enseñanza del derecho. Según el profesor “Lo esencial de dicha enseñanza no consiste en explicar las normas jurídicas actualmente vigentes, sino en familiarizar al estudiante con las categorías y conceptos de un Derecho dado, enseñándole el vocabulario de ese Derecho; lo esencial consiste en explicarle lo métodos, gracias a los cuales podrá hallar las normas aplicables a la solución de un determinado; lo esencial, en fin, es despertar en él cierta sensibilidad que le permita “sentir” esa solución como la más adecuada a los standars, imprecisos a veces y frecuentemente ilógicos, que imperan en la civilización en cuyo seno vive. A todo ello se debe que no sea necesario basar la enseñanza del derecho sobre las disciplinas más “prácticas”; en términos generales parece preferible concentrar la atención sobre las materias más elaboradas y trabajadas, pues en ellas encontramos una base más estable para iniciarnos en los conceptos, los métodos y el espíritu de un determinado derecho.”
Sabiendo esto debemos hacer conciencia de nuestro ejercicio profesional y fijarnos si estamos cayendo en el modo del abogado autómata y tratar de alejarnos de ese modelo, no por vanidad o el querer reflejar erudición, sino porque la sociedad en general se beneficiaría de un mejor profesional del derecho.
Franklyn Hernández